FLOGISTO: Es una sustancia hipotética, que representa la inflamabilidad, postulada a finales del siglo XVII por los químicos alemanes Johann Becher y Georg Stahl para explicar el fenómeno de la combustión. Según la teoría del flogisto, toda sustancia susceptible de sufrir combustión contiene flogisto, y el proceso de combustión consiste básicamente en la pérdida de dicha sustancia. Dado que se sabía que sustancias como el mercurio aumentaban de peso durante la combustión, se consideró que el flogisto tenía un peso negativo; así, la sustancia se hacía más pesada al perder flogisto. Incluso se llegó a pensar que sustancias como el carbón y el azufre estaban compuestas casi exclusivamente de flogisto. Durante unos experimentos con lo que hoy llamamos oxígeno, el químico inglés Joseph Priestley descubrió su capacidad para mantener la combustión, pero describió este gas como aire deflogistizado. La teoría del flogisto fue descartada por el químico francés Antoine Lavoisier, quien sostuvo que la combustión es esencialmente un proceso en el cual el oxígeno se combina con otra sustancia. Ya en el año 1800 la mayoría de los químicos habían reconocido la validez del experimento de Lavoisier y la teoría del flogisto quedó definitivamente desestimada.
Islam: se dice habitualmente que significa sumisión total a Dios, lo que es indudablemente cierto,aunque solo corresponde a la traducción de una sola parte de la palabra. Queda una segunda parte por traducir, atendiendo a la raiz lingüistica de la que deriva, que cubre el campo semántico del bienestar, de la salvaguarda, de la salud, de la paz. Quiere esto decir, sencilla y profundamente, que el creyente somete a Dios, se pone en sus manos, porque tiene la seguridad de que así se pone a salvo. Observese también que el islam y salam- que es como en lengua árabe se dice paz- son terminos hermanos, derivados ambos de la misma raiz.
FLOGISTO: (del griego phlogistos, inflamable), sustancia hipotética, que representa la inflamabilidad, postulada a finales del siglo XVII por los químicos alemanes Johann Becher y Georg Stahl para explicar el fenómeno de la combustión. Según la teoría del flogisto, toda sustancia susceptible de sufrir combustión contiene flogisto, y el proceso de combustión consiste básicamente en la pérdida de dicha sustancia. Dado que se sabía que sustancias como el mercurio aumentaban de peso durante la combustión, se consideró que el flogisto tenía un peso negativo; así, la sustancia se hacía más pesada al perder flogisto. Incluso se llegó a pensar que sustancias como el carbón y el azufre estaban compuestas casi exclusivamente de flogisto. Durante unos experimentos con lo que hoy llamamos oxígeno, el químico inglés Joseph Priestley descubrió su capacidad para mantener la combustión, pero describió este gas como aire deflogistizado. La teoría del flogisto fue descartada por el químico francés Antoine Lavoisier, quien sostuvo que la combustión es esencialmente un proceso en el cual el oxígeno se combina con otra sustancia. Ya en el año 1800 la mayoría de los químicos habían reconocido la validez del experimento de Lavoisier y la teoría del flogisto quedó definitivamente desestimada.
Georg Ernst Stahl (1660-1734), siguiendo a su maestro Becher (1635-1682), creyó que las sustancias estaban formadas por tres tipos de “tierra”, más el agua y el aire. A una de las tres tierras, aquella que Becher había llamado “combustible”, la rebautizó como flogisto (del griego, que significa “quemado” o “llama”), al que le asignó el noble y supremo propósito de ser el agente y el sostén de la combustión. La combustión, según Stahl, consistía en un intercambio de flogisto, que fluía entre los materiales con la soltura (aunque con más calor) del éter; quemarse era dejar escapar flogisto (que como un humo invisible se mezclaba con el aire), y lo que un químico moderno llamaría reducción consistía en incorporar el flogisto flotante como para tenerlo listo para una nueva combustión.
Tambien he encontrado algo de informacion acerca de la teoria del flogisto que me ha parecido interesante:
La teoría del flogisto, hoy descartada, es una hipótesis debida a J. J. Becher del siglo XVII conforme a la que unificaba en una explicación los procesos alquímicos del fenómeno de la combustión.
Desde los tiempos más antiguos las ideas acerca de la combustión han procedido de una detallada observación del fuego. A partir de 1650 el interés por este fenómeno radicaba en la posibilidad de encontrar nuevas aplicaciones al fuego y, `por medio de la máquina de vapor, obligarle a realizar los trabajos duros de la tierra. Este creciente interés llevó a los químicos a una nueva conciencia del fuego.
Según las antiguas concepciones griegas, todo lo que puede arder contiene dentro de sí el elemento fuego, que se libera bajo condiciones apropiadas. Las nociones alquímicas eran semejantes, salvo que se concebían los combustibles como algo que contenía el principio de "azufre" (no necesariamente el azufre real).
En 1702, Georg Ernest Stahl (1660-1734), desarrolló la teoría del flogisto para poder explicar la combustión. El flogisto o principio inflamable, descendiente directo del "azufre" de los alquimistas y más remoto del antiguo elemento "fuego" era una sustancia imponderable, misteriosa, que formaba parte de los cuerpos combustibles. Cuanto más flogisto tuviese un cuerpo, mejor combustible era. Los procesos de combustión suponían la pérdida del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no tenía flogisto y, por tanto, no podía seguir ardiendo. El aire era indispensable para la combustión, pero con carácter de mero auxiliar mecánico.
Las reacciones de calcinación de los metales se interpretaban a la luz de esta teoría del siguiente modo: el metal, al calentarse perdía flogisto y se transformaba en su cal. Es precisamente aquí donde falla la teoría del flogisto. ¿Cómo la cal es más pesada que el metal correspondiente, pese a que éste ha perdido flogisto?. Este problema sin resolver no era tan serio en el siglo XVIII como nos parece hoy a nosotros. Mientras la teoría del flogisto explicase los cambios de aspecto y las propiedades, cabía ignorar las variaciones en la masa. Fue Lavoisier quien demostró la inexistencia del flogisto
Es bastante extenso,lo se,pero es lo maximo que he podido resumir.
Carlso Esteban Nº4 grupo A Según Stahl, el flogisto era un principio ígneo que formaba parte de las sustancias combustibles. Cuando éstas ardían, el flogisto se desprendía, pasaba a otra sustancia capaz de recogerlo y daba lugar a un movimiento que era el origen del calor y el fuego, observables habitualmente en la combustión. Su gran contribución fue relacionar la combustión con otros procesos como la fermentación o con la calcinación de los metales. Este último fenómeno era conocido desde la antigüedad. Al calentar un metal como el hierro o el plomo se producía una sustancia de aspecto terroso y sin ninguna de las características metálicas (brillo, ductilidad, maleabilidad) que se denominaba habitualmente cal metálica, que en la alquimia se denomina sal.
En palabras claras Stahl consideraba que los metales y en general todas las sustancias combustibles contienen una sustancia que carece de peso, tal sustancia es la llamada flogisto. Cuando se calcina un metal o durante la combustión de cualquier materia el flogisto se separa en forma de llamas dejando un residuo incombustible conocido en la alquimia como sal, comúnmente herrumbre al calcinar los metales o simplemente cenizas.
Según las antiguas concepciones griegas, todo lo que puede arder contiene dentro de sí el elemento fuego, que se libera bajo condiciones apropiadas. Las nociones alquímicas eran semejantes, salvo que se concebían los combustibles como algo que contenía el principio de "azufre".
Una preocupación central de la química en el siglo XVIII era el proceso de combustión. Cuando las sustancias se calentaban hasta el punto de incandescencia, los científicos vieron que emitían algo (vapores o humo), y lo interpretaron como una pérdida de la sustancia original.
Ese «algo» que supuestamente se perdía en el proceso de combustión se llamó flogisto, una palabra acuñada en 1697 por el químico alemán Georg Ernst Stahl (1660-1734), siguiendo los pasos de su maestro Johann Becher (1635-1682). Stahl creyó que las sustancias estaban formadas por tres tipos de “tierra”, más el agua y el aire. A una de las tres tierras, aquella que Becher había llamado “combustible”, la rebautizó como flogisto (del griego, que significa “quemado” o “llama”), al que le asignó el noble y supremo propósito de ser el agente y el sostén de la combustión.
La combustión, según Stahl, consistía en un intercambio de flogisto, que fluía entre los materiales con la soltura (aunque con más calor) del éter; quemarse era dejar escapar flogisto (que como un humo invisible se mezclaba con el aire), y lo que un químico moderno llamaría reducción consistía en incorporar el flogisto flotante como para tenerlo listo para una nueva combustión.
Pero qué era exactamente ese flogisto seguía siendo materia de debate. Para algunos, era un elemento en sí mismo; para otros, era una esencia contenida en los materiales combustibles, sin la cual la combustión era imposible.
Según la teoría del flogisto, toda sustancia susceptible de sufrir combustión contiene flogisto, y el proceso de combustión consiste básicamente en la pérdida de dicha sustancia. Dado que se sabía que sustancias como el mercurio aumentaban de peso durante la combustión, se consideró que el flogisto tenía un peso negativo; así, la sustancia se hacía más pesada al perder flogisto. Incluso se llegó a pensar que sustancias como el carbón y el azufre estaban compuestas casi exclusivamente de flogisto. Stahl consideraba que cuando se calcina un metal o durante la combustión de cualquier materia el flogisto se separa en forma de llamas dejando un residuo incombustible conocido en la alquimia como sal, comúnmente herrumbre al calcinar los metales o simplemente cenizas con una sencilla fórmula sería: carbón = flogisto + cenizas ó Metal = flogisto + herrumbre.
Durante unos experimentos con lo que hoy llamamos oxígeno, el químico inglés Joseph Priestley descubrió su capacidad para mantener la combustión, pero describió este gas como aire deflogistizado.
La teoría del flogisto fue descartada por dos cientificos. Primero por Lomonosov quien formuló mucho antes que Lavoisier la obtención de los metales y los principios que regían la combustión. Mas tarde el químico francés Antoine Lavoisier, quien sostuvo que la combustión es esencialmente un proceso en el cual el oxígeno se combina con otra sustancia. Con un experimento, en el que se coloca una pequeña cantidad de sustancia combustible (mercurio) sobre un sólido flotante en agua y se encierra bajo una campana de cristal. Con una lupa enciende el mercurio.
Si la teoría del flogisto si fuera cierta: 1º El cuerpo flotante está menos sumergido tras la combustión ya que la cantidad restante de sustancia junto las cenizas debe pesar menos que la inicial. 2º El volumen de aire dentro de la campana de aumentar como efecto de la asimilación del flogisto y con ello el nivel de líquido encerrado debe ser más bajo que al comienzo. En este caso resultó falsada. El experimento produjo resultados opuestos. Ya en el año 1800 la mayoría de los químicos habían reconocido la validez del experimento de Lavoisier y la teoría del flogisto quedó definitivamente desestimada.
La ciencia moderna nunca ha agradecido a Stahl sus gratuitas elucubraciones (que tanta acogida tuvo entre los sofistas y aprendices de alquimia de su tiempo, como una revelada entrada a la misma), siendo como fue (su teoría) la raíz del surgimiento del estudio de los gases. Sin el trabajo de Stahl, posiblemente sus sucesores no hubieran dedicado tiempo a experimentar para demostrar a favor o en contra la constatación y consistencia de su teoría. El gran mérito de Stahl, fue concebir una teoría fácil de entender.
La mayoría de las personas educadas hoy día comprende el papel del oxígeno en la combustión y que la combustión es un proceso de cambio químico, cuyo resultado no produce pérdidas o ganancias significativas de masa.
Según las antiguas concepciones griegas, todo lo que puede arder contiente dentro de sí el elemento fuego, que se libera bajo condiciones apropiadas.
En 1702, Gerog Ernest Stahl, desarrolló la teoría del flogisto para poder explicar la combustión. El flogito o principio inflamable, era una sustancia imponderable, misteriosa, que formaba parte de los cuerpos combustibles. Cuanto más flogisto tuviera un cuerpo, mejor combustible era. Los procesos de combustión suponían la pérdida del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no contenía flogisto y, por tanto, no podía seguir ardiendo. El aire era indispensble para la combustión.
Las reacciones de calcinación de los metales se interpretaban a la luz de esta teoría, del siguiente modo: el metal, al calentarse perdía flogisto y se transformaba en su cal. Y aquí es donde falla la teoría de flogisto. ¿ Cómo la cal es más pesada que el metal correspondiente, pese a que éste ha perdido flogisto?. Pero esto no tuvo gran relevancia en esa época. Mientras el flogisto explicara los cambios de aspecto y las propiedades, cabía ignorar las variaciones en la masa.
En 1702, Georg Ernest Stahl (1660-1734), desarrolló la teoría del flogisto para poder explicar la combustión. El flogisto o principio inflamable, descendiente directo del "azufre" de los alquimistas y más remoto del antiguo elemento "fuego" era una sustancia imponderable, misteriosa, que formaba parte de los cuerpos combustibles. Cuanto más flogisto tuviese un cuerpo, mejor combustible era. Los procesos de combustión suponían la pérdida del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no tenía flogisto y, por tanto, no podía seguir ardiendo. El aire era indispensable para la combustión, pero con carácter de mero auxiliar mecánico. Las reacciones de calcinación de los metales se interpretaban a la luz de esta teoría del siguiente modo: el metal, al calentarse perdía flogisto y se transformaba en su cal. Es precisamente aquí donde falla la teoría del flogisto. ¿Cómo la cal es más pesada que el metal correspondiente, pese a que éste ha perdido flogisto?. Este problema sin resolver no era tan serio en el siglo XVIII como nos parece hoy a nosotros. Mientras la teoría del flogisto explicase los cambios de aspecto y las propiedades, cabía ignorar las variaciones en la masa. Fue Lavoisier quien demostró la inexistencia del flogisto.
Según las antiguas concepciones griegas, todo lo que puede arder contiene dentro de sí el elemento fuego, que se libera bajo condiciones apropiadas. Las nociones alquímicas eran semejantes, salvo que se concebían los combustibles como algo que contenía el principio de "azufre" (no necesariamente el azufre real).
En 1702, Georg Ernest Stahl (1660-1734), desarrolló la teoría del flogisto para poder explicar la combustión. El flogisto o principio inflamable, descendiente directo del "azufre" de los alquimistas y más remoto del antiguo elemento "fuego" era una sustancia imponderable, misteriosa, que formaba parte de los cuerpos combustibles. Cuanto más flogisto tuviese un cuerpo, mejor combustible era. Los procesos de combustión suponían la pérdida del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no tenía flogisto y, por tanto, no podía seguir ardiendo. El aire era indispensable para la combustión, pero con carácter de mero auxiliar mecánico.
Las reacciones de calcinación de los metales se interpretaban a la luz de esta teoría del siguiente modo: el metal, al calentarse perdía flogisto y se transformaba en su cal. Es precisamente aquí donde falla la teoría del flogisto. ¿Cómo la cal es más pesada que el metal correspondiente, pese a que éste ha perdido flogisto?. Este problema sin resolver no era tan serio en el siglo XVIII como nos parece hoy a nosotros. Mientras la teoría del flogisto explicase los cambios de aspecto y las propiedades, cabía ignorar las variaciones en la masa. Fue Lavoisier quien demostró la inexistencia del flogisto.
El químico Ernest Stahl desarrolló en el s.XVII la teoría del flogisto que explica la combustión atribuyendo a los cuerpos combustibles una sustancia, el flogisto, que estos liberaban al arder. La teoría del flogisto es considerada por algunos historiadores como la primera gran teoría de la química moderna.
Stahl consideraba que los metales y en general todas las sustancias combustibles contienen una sustancia que carece de peso, tal sustancia es la llamada flogisto. Cuando se calcina un metal o durante la combustión de cualquier materia, el flogisto se separa en forma de llamas, dejando un residuo incombustible conocido en la alquimia como sal, comúnmente herrumbre, al calcinar los metales o simplemente cenizas con una sencilla fórmula sería: carbón = flogisto + cenizas ó Metal = flogisto + herrumbre. Para reintegrar la ceniza en carbón bastaría pues añadir flogisto: ceniza + flogisto = carbón, como se entendía que (sucede por ejemplo en el mismo carbón) aquellos cuerpos que arden sin apenas dejar residuo, casi todo él era flogisto, por tanto para reintegrar el metal, a la herrumbre añadiríamos flogisto, o lo que es lo mismo, un cuerpo muy rico en flogisto, así: herrumbre + carbón = metal
Al gas que ardía sin dejar residuo lo consideraron el flogisto puro.
Lavoisier se oponía a esta teoría por eso diseñó un experimento para contrastarla. Así descubrió que el proceso de combustión se debía a la unión de O2 con otras sustancias y no al flogisto que quedaba desmentido con la teoría de la conservación de la masa puesto que según Stahl la calcinación de un metal (es decir, el metal perdía flogisto) daba lugar a una cal de mayor masa que el metal.
Para el año 1800 la teoría del flogisto había sido desaprobada por todos los químicos reconociendo como válido el experimento de Lavoisier.
– Me parece que te refieres al arte de la política y que te comprometes a hacer de los hombres buenos ciudadanos.
– Esa es, exactamente, Sócrates, la oferta que hago.
– ¡Qué hermoso arte posees!, si realmente lo posees. No te voy a decir otra cosa que lo que pienso. Yo creía, Protágoras, que esto no era enseñable, si bien no sé cómo voy a disentir de tu afirmación. Y es justo que te diga por qué pienso que ni es enseñable ni los hombres pueden transmitírselo unos a otros.
Este blog va dirigido principalmente a quienes fueron mis alumnos durante un año en el colegio Nuestra Señora del Carmen.
Quedaron muchas cosas por decir, así que mantendré la clase abierta para quien quiera pasarse en su tiempo libre.
FLOGISTO: Es una sustancia hipotética, que representa la inflamabilidad, postulada a finales del siglo XVII por los químicos alemanes Johann Becher y Georg Stahl para explicar el fenómeno de la combustión. Según la teoría del flogisto, toda sustancia susceptible de sufrir combustión contiene flogisto, y el proceso de combustión consiste básicamente en la pérdida de dicha sustancia. Dado que se sabía que sustancias como el mercurio aumentaban de peso durante la combustión, se consideró que el flogisto tenía un peso negativo; así, la sustancia se hacía más pesada al perder flogisto. Incluso se llegó a pensar que sustancias como el carbón y el azufre estaban compuestas casi exclusivamente de flogisto. Durante unos experimentos con lo que hoy llamamos oxígeno, el químico inglés Joseph Priestley descubrió su capacidad para mantener la combustión, pero describió este gas como aire deflogistizado. La teoría del flogisto fue descartada por el químico francés Antoine Lavoisier, quien sostuvo que la combustión es esencialmente un proceso en el cual el oxígeno se combina con otra sustancia. Ya en el año 1800 la mayoría de los químicos habían reconocido la validez del experimento de Lavoisier y la teoría del flogisto quedó definitivamente desestimada.
ResponderEliminarhttp://www.jmcprl.net/GLOSARIO/FLOGISTO.htm
Islam: se dice habitualmente que significa sumisión total a Dios, lo que es indudablemente cierto,aunque solo corresponde a la traducción de una sola parte de la palabra. Queda una segunda parte por traducir, atendiendo a la raiz lingüistica de la que deriva, que cubre el campo semántico del bienestar, de la salvaguarda, de la salud, de la paz. Quiere esto decir, sencilla y profundamente, que el creyente somete a Dios, se pone en sus manos, porque tiene la seguridad de que así se pone a salvo. Observese también que el islam y salam- que es como en lengua árabe se dice paz- son terminos hermanos, derivados ambos de la misma raiz.
ResponderEliminarhttp://huellasenlasenda.blogspot.com/2009/07/islam.html
FLOGISTO:
ResponderEliminar(del griego phlogistos, inflamable), sustancia hipotética, que representa la inflamabilidad, postulada a finales del siglo XVII por los químicos alemanes Johann Becher y Georg Stahl para explicar el fenómeno de la combustión. Según la teoría del flogisto, toda sustancia susceptible de sufrir combustión contiene flogisto, y el proceso de combustión consiste básicamente en la pérdida de dicha sustancia. Dado que se sabía que sustancias como el mercurio aumentaban de peso durante la combustión, se consideró que el flogisto tenía un peso negativo; así, la sustancia se hacía más pesada al perder flogisto. Incluso se llegó a pensar que sustancias como el carbón y el azufre estaban compuestas casi exclusivamente de flogisto. Durante unos experimentos con lo que hoy llamamos oxígeno, el químico inglés Joseph Priestley descubrió su capacidad para mantener la combustión, pero describió este gas como aire deflogistizado. La teoría del flogisto fue descartada por el químico francés Antoine Lavoisier, quien sostuvo que la combustión es esencialmente un proceso en el cual el oxígeno se combina con otra sustancia. Ya en el año 1800 la mayoría de los químicos habían reconocido la validez del experimento de Lavoisier y la teoría del flogisto quedó definitivamente desestimada.
Georg Ernst Stahl (1660-1734), siguiendo a su maestro Becher (1635-1682), creyó que las sustancias estaban formadas por tres tipos de “tierra”, más el agua y el aire. A una de las tres tierras, aquella que Becher había llamado “combustible”, la rebautizó como flogisto (del griego, que significa “quemado” o “llama”), al que le asignó el noble y supremo propósito de ser el agente y el sostén de la combustión. La combustión, según Stahl, consistía en un intercambio de flogisto, que fluía entre los materiales con la soltura (aunque con más calor) del éter; quemarse era dejar escapar flogisto (que como un humo invisible se mezclaba con el aire), y lo que un químico moderno llamaría reducción consistía en incorporar el flogisto flotante como para tenerlo listo para una nueva combustión.
ResponderEliminarhttp://www.portalplanetasedna.com.ar/flogisto.htm
Tambien he encontrado algo de informacion acerca de la teoria del flogisto que me ha parecido interesante:
ResponderEliminarLa teoría del flogisto, hoy descartada, es una hipótesis debida a J. J. Becher del siglo XVII conforme a la que unificaba en una explicación los procesos alquímicos del fenómeno de la combustión.
Desde los tiempos más antiguos las ideas acerca de la combustión han procedido de una detallada observación del fuego. A partir de 1650 el interés por este fenómeno radicaba en la posibilidad de encontrar nuevas aplicaciones al fuego y, `por medio de la máquina de vapor, obligarle a realizar los trabajos duros de la tierra. Este creciente interés llevó a los químicos a una nueva conciencia del fuego.
Según las antiguas concepciones griegas, todo lo que puede arder contiene dentro de sí el elemento fuego, que se libera bajo condiciones apropiadas. Las nociones alquímicas eran semejantes, salvo que se concebían los combustibles como algo que contenía el principio de "azufre" (no necesariamente el azufre real).
En 1702, Georg Ernest Stahl (1660-1734), desarrolló la teoría del flogisto para poder explicar la combustión. El flogisto o principio inflamable, descendiente directo del "azufre" de los alquimistas y más remoto del antiguo elemento "fuego" era una sustancia imponderable, misteriosa, que formaba parte de los cuerpos combustibles. Cuanto más flogisto tuviese un cuerpo, mejor combustible era. Los procesos de combustión suponían la pérdida del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no tenía flogisto y, por tanto, no podía seguir ardiendo. El aire era indispensable para la combustión, pero con carácter de mero auxiliar mecánico.
Las reacciones de calcinación de los metales se interpretaban a la luz de esta teoría del siguiente modo: el metal, al calentarse perdía flogisto y se transformaba en su cal. Es precisamente aquí donde falla la teoría del flogisto. ¿Cómo la cal es más pesada que el metal correspondiente, pese a que éste ha perdido flogisto?. Este problema sin resolver no era tan serio en el siglo XVIII como nos parece hoy a nosotros. Mientras la teoría del flogisto explicase los cambios de aspecto y las propiedades, cabía ignorar las variaciones en la masa. Fue Lavoisier quien demostró la inexistencia del flogisto
Es bastante extenso,lo se,pero es lo maximo que he podido resumir.
Carlso Esteban Nº4 grupo A
ResponderEliminarSegún Stahl, el flogisto era un principio ígneo que formaba parte de las sustancias combustibles. Cuando éstas ardían, el flogisto se desprendía, pasaba a otra sustancia capaz de recogerlo y daba lugar a un movimiento que era el origen del calor y el fuego, observables habitualmente en la combustión. Su gran contribución fue relacionar la combustión con otros procesos como la fermentación o con la calcinación de los metales. Este último fenómeno era conocido desde la antigüedad. Al calentar un metal como el hierro o el plomo se producía una sustancia de aspecto terroso y sin ninguna de las características metálicas (brillo, ductilidad, maleabilidad) que se denominaba habitualmente cal metálica, que en la alquimia se denomina sal.
En palabras claras Stahl consideraba que los metales y en general todas las sustancias combustibles contienen una sustancia que carece de peso, tal sustancia es la llamada flogisto. Cuando se calcina un metal o durante la combustión de cualquier materia el flogisto se separa en forma de llamas dejando un residuo incombustible conocido en la alquimia como sal, comúnmente herrumbre al calcinar los metales o simplemente cenizas.
Según las antiguas concepciones griegas, todo lo que puede arder contiene dentro de sí el elemento fuego, que se libera bajo condiciones apropiadas. Las nociones alquímicas eran semejantes, salvo que se concebían los combustibles como algo que contenía el principio de "azufre".
ResponderEliminarUna preocupación central de la química en el siglo XVIII era el proceso de combustión. Cuando las sustancias se calentaban hasta el punto de incandescencia, los científicos vieron que emitían algo (vapores o humo), y lo interpretaron como una pérdida de la sustancia original.
Ese «algo» que supuestamente se perdía en el proceso de combustión se llamó flogisto, una palabra acuñada en 1697 por el químico alemán Georg Ernst Stahl (1660-1734), siguiendo los pasos de su maestro Johann Becher (1635-1682).
Stahl creyó que las sustancias estaban formadas por tres tipos de “tierra”, más el agua y el aire. A una de las tres tierras, aquella que Becher había llamado “combustible”, la rebautizó como flogisto (del griego, que significa “quemado” o “llama”), al que le asignó el noble y supremo propósito de ser el agente y el sostén de la combustión.
La combustión, según Stahl, consistía en un intercambio de flogisto, que fluía entre los materiales con la soltura (aunque con más calor) del éter; quemarse era dejar escapar flogisto (que como un humo invisible se mezclaba con el aire), y lo que un químico moderno llamaría reducción consistía en incorporar el flogisto flotante como para tenerlo listo para una nueva combustión.
Pero qué era exactamente ese flogisto seguía siendo materia de debate.
Para algunos, era un elemento en sí mismo; para otros, era una esencia contenida en los materiales combustibles, sin la cual la combustión era imposible.
Teoría del flogisto
ResponderEliminarSegún la teoría del flogisto, toda sustancia susceptible de sufrir combustión contiene flogisto, y el proceso de combustión consiste básicamente en la pérdida de dicha sustancia. Dado que se sabía que sustancias como el mercurio aumentaban de peso durante la combustión, se consideró que el flogisto tenía un peso negativo; así, la sustancia se hacía más pesada al perder flogisto. Incluso se llegó a pensar que sustancias como el carbón y el azufre estaban compuestas casi exclusivamente de flogisto.
Stahl consideraba que cuando se calcina un metal o durante la combustión de cualquier materia el flogisto se separa en forma de llamas dejando un residuo incombustible conocido en la alquimia como sal, comúnmente herrumbre al calcinar los metales o simplemente cenizas con una sencilla fórmula sería: carbón = flogisto + cenizas ó Metal = flogisto + herrumbre.
Durante unos experimentos con lo que hoy llamamos oxígeno, el químico inglés Joseph Priestley descubrió su capacidad para mantener la combustión, pero describió este gas como aire deflogistizado.
La teoría del flogisto fue descartada por dos cientificos.
Primero por Lomonosov quien formuló mucho antes que Lavoisier la obtención de los metales y los principios que regían la combustión.
Mas tarde el químico francés Antoine Lavoisier, quien sostuvo que la combustión es esencialmente un proceso en el cual el oxígeno se combina con otra sustancia.
Con un experimento, en el que se coloca una pequeña cantidad de sustancia combustible (mercurio) sobre un sólido flotante en agua y se encierra bajo una campana de cristal. Con una lupa enciende el mercurio.
Si la teoría del flogisto si fuera cierta:
1º El cuerpo flotante está menos sumergido tras la combustión ya que la cantidad restante de sustancia junto las cenizas debe pesar menos que la inicial.
2º El volumen de aire dentro de la campana de aumentar como efecto de la asimilación del flogisto y con ello el nivel de líquido encerrado debe ser más bajo que al comienzo.
En este caso resultó falsada. El experimento produjo resultados opuestos.
Ya en el año 1800 la mayoría de los químicos habían reconocido la validez del experimento de Lavoisier y la teoría del flogisto quedó definitivamente desestimada.
La ciencia moderna nunca ha agradecido a Stahl sus gratuitas elucubraciones (que tanta acogida tuvo entre los sofistas y aprendices de alquimia de su tiempo, como una revelada entrada a la misma), siendo como fue (su teoría) la raíz del surgimiento del estudio de los gases. Sin el trabajo de Stahl, posiblemente sus sucesores no hubieran dedicado tiempo a experimentar para demostrar a favor o en contra la constatación y consistencia de su teoría.
El gran mérito de Stahl, fue concebir una teoría fácil de entender.
La mayoría de las personas educadas hoy día comprende el papel del oxígeno en la combustión y que la combustión es un proceso de cambio químico, cuyo resultado no produce pérdidas o ganancias significativas de masa.
http://es.wikipedia.org/wiki/Teoria_del_flogisto
http://www.portalplanetasedna.com.ar/flogisto.htm
Noelia Vidales Nº18 grupo A
ResponderEliminarSegún las antiguas concepciones griegas, todo lo que puede arder contiente dentro de sí el elemento fuego, que se libera bajo condiciones apropiadas.
En 1702, Gerog Ernest Stahl, desarrolló la teoría del flogisto para poder explicar la combustión. El flogito o principio inflamable, era una sustancia imponderable, misteriosa, que formaba parte de los cuerpos combustibles. Cuanto más flogisto tuviera un cuerpo, mejor combustible era. Los procesos de combustión suponían la pérdida del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no contenía flogisto y, por tanto, no podía seguir ardiendo. El aire era indispensble para la combustión.
Las reacciones de calcinación de los metales se interpretaban a la luz de esta teoría, del siguiente modo: el metal, al calentarse perdía flogisto y se transformaba en su cal. Y aquí es donde falla la teoría de flogisto. ¿ Cómo la cal es más pesada que el metal correspondiente, pese a que éste ha perdido flogisto?. Pero esto no tuvo gran relevancia en esa época. Mientras el flogisto explicara los cambios de aspecto y las propiedades, cabía ignorar las variaciones en la masa.
http://thales.cica.es
Altea Delgado nº7 grupo B
ResponderEliminar“Islam” significa sumisión y entrega absoluta de nuestra voluntad a El Unico Dios Verdadero digno de Adoración y Alabanza
Nerea Andrieu nº 1 1º A
ResponderEliminarEn 1702, Georg Ernest Stahl (1660-1734), desarrolló la teoría del flogisto para poder explicar la combustión. El flogisto o principio inflamable, descendiente directo del "azufre" de los alquimistas y más remoto del antiguo elemento "fuego" era una sustancia imponderable, misteriosa, que formaba parte de los cuerpos combustibles. Cuanto más flogisto tuviese un cuerpo, mejor combustible era. Los procesos de combustión suponían la pérdida del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no tenía flogisto y, por tanto, no podía seguir ardiendo. El aire era indispensable para la combustión, pero con carácter de mero auxiliar mecánico.
Las reacciones de calcinación de los metales se interpretaban a la luz de esta teoría del siguiente modo: el metal, al calentarse perdía flogisto y se transformaba en su cal. Es precisamente aquí donde falla la teoría del flogisto. ¿Cómo la cal es más pesada que el metal correspondiente, pese a que éste ha perdido flogisto?. Este problema sin resolver no era tan serio en el siglo XVIII como nos parece hoy a nosotros. Mientras la teoría del flogisto explicase los cambios de aspecto y las propiedades, cabía ignorar las variaciones en la masa. Fue Lavoisier quien demostró la inexistencia del flogisto.
Lorena Serradilla Nº 17, 1º A
ResponderEliminarSegún las antiguas concepciones griegas, todo lo que puede arder contiene dentro de sí el elemento fuego, que se libera bajo condiciones apropiadas. Las nociones alquímicas eran semejantes, salvo que se concebían los combustibles como algo que contenía el principio de "azufre" (no necesariamente el azufre real).
En 1702, Georg Ernest Stahl (1660-1734), desarrolló la teoría del flogisto para poder explicar la combustión. El flogisto o principio inflamable, descendiente directo del "azufre" de los alquimistas y más remoto del antiguo elemento "fuego" era una sustancia imponderable, misteriosa, que formaba parte de los cuerpos combustibles. Cuanto más flogisto tuviese un cuerpo, mejor combustible era. Los procesos de combustión suponían la pérdida del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no tenía flogisto y, por tanto, no podía seguir ardiendo. El aire era indispensable para la combustión, pero con carácter de mero auxiliar mecánico.
Las reacciones de calcinación de los metales se interpretaban a la luz de esta teoría del siguiente modo: el metal, al calentarse perdía flogisto y se transformaba en su cal. Es precisamente aquí donde falla la teoría del flogisto. ¿Cómo la cal es más pesada que el metal correspondiente, pese a que éste ha perdido flogisto?. Este problema sin resolver no era tan serio en el siglo XVIII como nos parece hoy a nosotros. Mientras la teoría del flogisto explicase los cambios de aspecto y las propiedades, cabía ignorar las variaciones en la masa. Fue Lavoisier quien demostró la inexistencia del flogisto.
El químico Ernest Stahl desarrolló en el s.XVII la teoría del flogisto que explica la combustión atribuyendo a los cuerpos combustibles una sustancia, el flogisto, que estos liberaban al arder.
ResponderEliminarLa teoría del flogisto es considerada por algunos historiadores como la primera gran teoría de la química moderna.
Stahl consideraba que los metales y en general todas las sustancias combustibles contienen una sustancia que carece de peso, tal sustancia es la llamada flogisto. Cuando se calcina un metal o durante la combustión de cualquier materia, el flogisto se separa en forma de llamas, dejando un residuo incombustible conocido en la alquimia como sal, comúnmente herrumbre, al calcinar los metales o simplemente cenizas con una sencilla fórmula sería: carbón = flogisto + cenizas ó Metal = flogisto + herrumbre.
Para reintegrar la ceniza en carbón bastaría pues añadir flogisto: ceniza + flogisto = carbón, como se entendía que (sucede por ejemplo en el mismo carbón) aquellos cuerpos que arden sin apenas dejar residuo, casi todo él era flogisto, por tanto para reintegrar el metal, a la herrumbre añadiríamos flogisto, o lo que es lo mismo, un cuerpo muy rico en flogisto, así: herrumbre + carbón = metal
Al gas que ardía sin dejar residuo lo consideraron el flogisto puro.
Lavoisier se oponía a esta teoría por eso diseñó un experimento para contrastarla. Así descubrió que el proceso de combustión se debía a la unión de O2 con otras sustancias y no al flogisto que quedaba desmentido con la teoría de la conservación de la masa puesto que según Stahl la calcinación de un metal (es decir, el metal perdía flogisto) daba lugar a una cal de mayor masa que el metal.
Para el año 1800 la teoría del flogisto había sido desaprobada por todos los químicos reconociendo como válido el experimento de Lavoisier.