viernes, 18 de diciembre de 2009

Nadie entre aquí que no sepa Geometría

Como sabéis, el lema de la Academia de Platón.
¿Y qué pasa cuando alguien se olvida de esto y se dedica a pontificar sobre filosofía política, o economía, o algo parecido, desde un periódico?
Pues que hace un ridículo espantoso. A ver quién lo observa primero.

Artículo de Almudena Grandes en El País, de hace ya unos meses.

EXPERIMENTO - ALMUDENA GRANDES

Ejercicio de economía recreativa. Fácil, limpio, instructivo, para cualquier edad. No precisa más que una calculadora, un cuaderno, un lápiz y una goma. El experimento consta de tres fases, y la primera es una simple división, 775.000 millones entre 6.700 millones. Si la realiza, obtendrá como resultado 115, con una serie de decimales que despreciaremos para simplificar. ¿Y dónde está la gracia?, se preguntará usted. La gracia está en que el dividendo representa los 775.000 millones de dólares del plan de reactivación económica diseñado por Obama. El divisor somos los 6.700 millones de personas que existimos en este planeta. Y el resultado son los 115 millones de dólares que nos tocarían a cada uno si los repartiéramos entre todos. ¿Lo prefiere en euros?, 84 millones por barba.

¿Está usted diciendo "no puede ser", "no me lo creo", "es imposible"? Bien, pasemos a la segunda fase del experimento. Fuera calculadora. Divida usted a mano, con las benditas tablas de toda la vida. ¿Cambia el resultado? No, ¿verdad? Haga la prueba, 115 millones por 6.700 millones. Por más que borre y multiplique, obtendrá siempre 770.500 millones, porque antes hemos despreciado los decimales, y además, desde que empezó usted a leer, habrán nacido un montón de niños que nunca llegarán a cobrar lo que les toca. Ahora, si se atreve, sume al dividendo los 700.000 millones de dólares del plan de Bush, más las inyecciones europeas, etcétera.

Así llegamos a unas sombrías conclusiones. Si no hay dinero en el mundo para respaldar estas cuentas, malo. Si lo hay, peor. Y si ésta ha sido la evolución natural del capitalismo, ¿a qué intereses obedecen quienes pretenden refundarlo, para llevarnos a la ruina una y otra vez? Lo único que nos ha enseñado esta crisis es que nuestros políticos trabajan para los bancos. Nosotros somos apenas su excusa, o su mercancía.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Enunciados tramposos

El siguiente enunciado es verdadero.
El enunciado anterior es falso.

o también: "Esta oración es falsa".

Si la oración es falsa, tenemos que se cumple lo que dice; pero si cumple lo que dice, eso la convierte en verdadera; pero si es verdadera, entonces ya no es falsa, luego es algo que no dice, luego es falsa. Pero si es falsa...

Estos juegos de lenguaje se conocen como "La paradoja del mentiroso".
Estas paradojas se sostienen sobre la posibilidad de la autorreferencia lingüística, es decir, que un lenguaje defina su propia semántica, es decir, su propio criterio de verdad.

Aquí os dejo con Tarski, que propone una solución (no del todo satisfactoria) a la paradoja.
Y si no os cae bien, hablad con Kripke.
Y si habéis hablado con ambos, descansad, que luego os duele la cabeza.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Algunos chistes

Sacados de aquí

Matemáticas e imaginación

Hilbert, un día, se dio cuenta de que uno de sus estudiantes había dejado de ir a sus clases. Cuando le dijeron que había renunciado a las matemáticas para ser poeta, dijo: “Bien: no tenía suficiente imaginación para ser un matemático”.


El Papa es usted

En una conferencia, Bertrand Russell afirmó que si un sistema contiene un enunciado falso, entonces se puede demostrar a partir de él cualquier cosa. Entonces un oyente le retó a demostrar que él mismo era el Papa partiendo de la afirmación de que 2 más 2 son 5.

Russell contestó: "Si 2 y 2 son 5, entonces 4 es igual a 5 y, restando 3, 1 es igual a 2. Pero usted y el Papa son 2; así pues, usted y el Papa son uno".

Punto para quien lo resuelva...

(Extraído de Más allá de las imposturas intelectuales. Ciencia, filosofía y cultura, de Alan Sokal, recién publicado)

La primera persona que explique por qué esta anécdota es graciosa, tendrá un "punto de prestigio"

Bertrand Russell cuenta la siguiente historia, muy divertida: "Una vez recibí una carta de una eminente especialista en lógica, la señora Christine Ladd Franklin, en la que se declaraba solipsista y se extrañaba de que no hubiera nadie más (que compartiera su visión del mundo)"