El siguiente enunciado es verdadero.
El enunciado anterior es falso.
o también: "Esta oración es falsa".
Si la oración es falsa, tenemos que se cumple lo que dice; pero si cumple lo que dice, eso la convierte en verdadera; pero si es verdadera, entonces ya no es falsa, luego es algo que no dice, luego es falsa. Pero si es falsa...
Estos juegos de lenguaje se conocen como "La paradoja del mentiroso".
Estas paradojas se sostienen sobre la posibilidad de la autorreferencia lingüística, es decir, que un lenguaje defina su propia semántica, es decir, su propio criterio de verdad.
Aquí os dejo con Tarski, que propone una solución (no del todo satisfactoria) a la paradoja.
Y si no os cae bien, hablad con Kripke.
Y si habéis hablado con ambos, descansad, que luego os duele la cabeza.
jueves, 17 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario